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Un año más, Womad no defrauda. Y van 24 ediciones. El festival multicultural por excelencia volvió a reunir ayer en la plaza Mayor y en San Jorge a miles de espectadores que disfrutaron de más de siete horas de música en directo, además de los mercadillos y los talleres, tanto para adultos como para los niños.

Ayer Cáceres vivió la primera de la dos grandes noches que anualmente ofrece Womad. Puntual, a eso de las 18.45 horas arrancó el primero de los conciertos en la plaza Mayor. El extremeño Alé Canalla introdujo al gentío en el ambiente womero con su peculiar estilo: una música fresca, que se aproxima a la rumba pero que guarda al mismo tiempo unas letras con un subtexto oscuro. Acto seguido el escenario recibió a elautoGnomo. La tarde se empezaba a animar. El artista extremeño puso el color a la velada con unas melodías pegadizas y unas letras sinceras a la par que curiosas. elautoGnomo tocó algunas de sus canciones más populares como ‘Qué se yo’, con la que bailaron y rieron los womeros más fanáticos que inundaban la plaza Mayor ayer desde las 18.00 horas. Su sonido fue cercano y original.

La banda Batida, procedente de Lisboa (Portugal) fue una de las protagonistas de los conciertos que acogió la plaza de San Jorge. Los lusos prepararon una actuación dinámica y viva con mucha danza e incluso momentos de interpretación, consiguiendo llegar tanto a jóvenes como a adultos. Una de las sorpresas de la presente edición. Por su parte, Kobo Town arrancó a eso de las 21.00 horas en el escenario principal de la plaza Mayor con un show plagado de ritmos penetrantes y una música que se puede sentir en la piel.

Posteriormente, el argentino Dino Saluzzi recogió el testigo con una actuación que colocó el toque clásico al festival. Los sentimientos que transmite con su sonido recrearon la mejor previa posible a la lectura del manifiesto que corrió a cargo del dueño del restaurante Atrio, Toño Pérez.

Cuando ya habían transcurrido más de cuatro horas de música, Pérez subió al escenario y leyó un pequeño texto. El reconocido chef realizó una metáfora, comparando a la capital cacereña con una cazuela –en referencia al título de Capital Gastronómica que ostenta la ciudad durante todo este año–, en la que preparó una receta especial, introduciendo unos ingredientes poco comunes en el mundo gastronómico: cultura, tolerancia y solidaridad. «Lo cocemos todo a fuego lento y, durante el fin de semana, lo compartimos entre todos con placer, saboreando cada trocito», anunció Pérez, que quiso finalizar haciendo un llamamiento para cuidar esa cazuela tan especial. «Cuidemos Cáceres, nuestra bella ciudad durante este precioso festival de cada mes de mayo. Disfruten y que aproveche», finalizó.

Tras el manifiesto le llegó el turno a Raúl Rodríguez, un músico español que presentó su primer trabajo llamado ‘Razón de Son’. «He tenido la suerte inmensa de disfrutar como público Womad, la primera vez que vine fue en 1993 y la sensación que tengo es muy bonita», expresó durante la presentación de su concierto en la mañana de ayer en la plaza Mayor. «Mi música es una extensión de la misma idea que proyecta el Womad. Peter Gabriel, y la gente que montó por primera vez este festival, coincidían en que la música es el único lugar donde todos podemos convivir, aunque pertenezcamos a culturas diferentes», añadió.

Tras él, el continente africano esperaba impaciente. Hasta que le llegó la hora. Al cierre de esta edición, el público gritaba por la música de Moh! Kouyaté! y Mahmoud Ahmed, quienes tocaron en San Jorge y la plaza Mayor respectivamente. Una primera jornada para enmarcar, un Womad para recordar toda la vida. Artículo de Paco Córdoba Gutiérrez para El Periódico de Extremadura (léelo aquí)

CÁCERES VIBRA CON LA EDICIÓN DE WOMAD MÁS MULTITUDINARIA QUE SE RECUERDA